viernes, 10 de octubre de 2008

Un rabo como el de un caballo


Merodeando por los establos una tarde, oi unos gemidos de placer escapando desde dentro. Para mi no esxistia ninguna duda, alguien estaba siendo follado en su interior.
Me asome sigilosamente y me quede helado ante la escena que se mostraba ante mis ojos. Jean estaba cabalgando sobre la dura polla de su padre mientras a la vez era penetrado por un tipo con un enorme pollon. Como supe mas tarde se trataba de Roland el encargado de los establos y por los gemidos de Jean, en los que les pedia que le dieran mas fuerte supe que aquello no era una violación y que realmente estaba disfrutando con aquella caliente follada.
Mientras observaba pise unas pajas y el sonido alerto a Roland que giro la cabeza mientras me miraba con deseo. Durante toda la tarde a pesar de menearmela en repetidas ocasiones no me podia quitar de la cabeza aquella viciosa mirada y el deseo de tener aquel enorme pollón entrando dentro de mi.

La ocasión se presento una tarde en la que estaba a solas con Jean, esperando que Hector viniera para unirse a nosotros, le conte como me habia impresionado al ver como se metia dos pollas de semejante calibre sin notar ningun dolor, y el me comento que con practica y mucho lubricante, nuestro culo era capaz de tragarse cualquier cosa, hasta el tremendo pollón de Roland.
¿Te gustaria probarlo?
Me pregunto el con una mirada perversa...


Cuando me meti en aquel estrecho cagadero, supe que haberme dejado convercer habia sido una completa locura, tenia que salir de alli antes de que alguien me viera, pero antes de hacerlo alguien entro en el cagadero y se bajo los pantalones.
La tentación de observar por aquel pequeño agujero sin ser visto pudo mas que el miedo a ser descubiero y pronto vi como una polla se acercaba al agujero con unas nuevas intenciones.
Cuando vi aquel rabo que apenas salia hasta la mitad de toda su longitud, duro como una roca. No tuve ninguna duda. Debia comerme aquel esquisito manjar fuera de quien fuera, aqunque yo ya tenia alguna idea de quien podia ser su dueño.


Engulli aquella polla con deseo y me trague ahasta el ultimo gotazo de semen que salio por aquel fino agujero.


_No creeras que hemos acabado.
Me dijo Roland cuando sali sigilosamente de mi escondite.
_ Todavia nos queda lo mejor.
Sorprendentemente su polla estaba dura de nuevo, y sus intenciones las adivine en cuanto me giro y tiro con violencia de mi pantalon bajandomelo hasta las rodillas.
No por favor, me dolera, le dije yo entre sollozos.
_ No te preocupes, ya veras como acaba gustandote.
Y valla si me gusto!
Estaba totalmente empalado saltando sobre aquel duro mastil, pero sin embargo le pedia que me diera mas y mas fuerte.
Sin poderlo evitar mas se corrio salvajemente dentro de mi culo mientras me besaba.
Desde aquella tarde empecé a compaginar mis estudios con las clases de monta y doma que me daba mi nuevo profesor en los establos.



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