Una mañana llevaron a los soldados hasta la piscina del barco, estaba vacía y habían instalado un montón de gradas alrededor de ella.

De pronto aparecieron unos buzos con el soldado Burke. La negativa a colaborar había causado verdaderos estragos en la polla del chico.

De pronto de los subideros de la piscina empezó a manar todo el semen que aquellos hombres habían logrado extraer de sus pelotas.


De pronto aparecieron unos buzos con el soldado Burke. La negativa a colaborar había causado verdaderos estragos en la polla del chico.

De pronto de los subideros de la piscina empezó a manar todo el semen que aquellos hombres habían logrado extraer de sus pelotas.

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