viernes, 7 de agosto de 2009

BAG (XX). Todos los días... ¡Un platano!

Desde aquel día empezamos a follar a diario. Lo despertaba comiéndole la polla y me desayunaba su espesa y caliente leche.

Cuando Papa y mama iban a misa los domingos teníamos por lo menos tres horas en las que nos las pasábamos follando de todas las formas posibles.


Acabe haciéndome adicto a su enorme plátano.

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