martes, 26 de enero de 2010
BAG (LXII). No lo oí llegar
ME desperté por la mañana y Papa, ya no estaba.
Estuve todo el día pajeándome y recordando lo mucho que había disfrutado con la polla del hombre enmascarado, que había resultado ser la de mi propio padre.
Estaba tan distraido en mis fantasías, que ni siquiera me di cuenta cuando el llego a casa.
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