GNT (XXXI). ¡Llevame contigo!
Le pedí a Larry que me llevara con él, pero aquello era una auténtica locura.
¿Donde iríamos, y que comería?
Yo solo pensaba en una sola cosa que podía comer, pero debía dejarle ir. Si Papa lo pillaba allí al volver abaría matándolo.
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