En mi afán por saber algo más sobre esa raza seguí indagando, sobre todo en saber en profundidad qué paso realmente en el colegio de Rhode Island.
Encontré un documental en el que se daban bastantes detalles sobre el ataque, y cuando presencié una escena en la que el profesor entraba en clase con sus alumnos y se encontraban al espécimen en pelotas sentado sobre la mesa del profesor. ¡Tuve un erección!
¡Decidí que no me tomaría esas píldoras que se comercializaban en el planeta Zang para que los hombres redimiéramos nuestros impulsos sexuales!
No hay comentarios:
Publicar un comentario