El policía me contó como habían empezado a follarse a los chicos que detenían.
Todo empezó cuando detuvieron a un tipo por robar algo de fruta en el mercado.
Su hijo venía todos los días a prisión para ver a su padre. ¡Peor lo que ninguno de los dos policías sospechaban es que durante las visitas el chaval se comía el platano de su padre a través de los barrotes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario