Tumbado sobre el respaldo del sofá el Sr. Moreno me daba rabo sin ningún tipo de compasión por su parte.
Su pollón duro me rozaba la campanilla y debía hacer unos esfuerzos increíbles para evitar ahogarme.
Cuando me folló sobre la alfombra del salón y vi como esta se llenaba de leche del Sr Moreno supe que tendría problemas para explicárselo a mama cuando regresara.
Su pollón duro me rozaba la campanilla y debía hacer unos esfuerzos increíbles para evitar ahogarme.
Cuando me folló sobre la alfombra del salón y vi como esta se llenaba de leche del Sr Moreno supe que tendría problemas para explicárselo a mama cuando regresara.
Tio me he pajeado mil veces con estas historias, son muy morbosas y viciosas, como yo.
ResponderEliminarGracias