Cuando llegué al río y me encontré a aquellos dos negros pajeándose el uno al otro me restregue los ojos para asegurarme de que aquello no era una visión de mi mente calenturienta. No me lo podía creer tenía ante mi a dos pedazos de tíos a punto de follar y yo iba a presenciarlo todo sin ser visto
No hay comentarios:
Publicar un comentario