Cuando me desperté estaba muerto de hambre y así se lo dije al tipo que me había junto a mi cama.
Entre risas de los demás leñadores me llevo a la mesa donde sacándose el rabo duro delante de todos y poniéndolo en un bol me lo acerco a los labios.

¡Aquí tienes tu desayuno, el desayuno de los campeones!, les dijo a los demás mientras les guiñaba un ojo.
Entre risas de los demás leñadores me llevo a la mesa donde sacándose el rabo duro delante de todos y poniéndolo en un bol me lo acerco a los labios.
¡Aquí tienes tu desayuno, el desayuno de los campeones!, les dijo a los demás mientras les guiñaba un ojo.
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