Fred me preparaba con sus dedos mi culo para lograr dilatarlo.
Cuando dos o tres de sus gordos dedos entraban con facilidad en mi culo se sentó sobre una bala de paja dispuesto a taladrame.
Me senté sobre aquel gordo pollón y poco a poco fui bajando hasta notar como sus dos gordas pelotas golpeaban mi ojete.
En ese momento me corrí sobre su pecho peludo, de gusto.
Cuando dos o tres de sus gordos dedos entraban con facilidad en mi culo se sentó sobre una bala de paja dispuesto a taladrame.
Me senté sobre aquel gordo pollón y poco a poco fui bajando hasta notar como sus dos gordas pelotas golpeaban mi ojete.
En ese momento me corrí sobre su pecho peludo, de gusto.
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