Franz se puso supercachondo al tener dos culos tan calientes como los nuestros ante él. No sabía cual follarse primero, por los que empezó a follarnos alternativamente.
Cuando Franz me la sacó la polla de Slava estaba dura ante mis ojos. Me la metí en la boca y empecé a comérmela con deseo.
Slava estaba agotado y se quedó durmiendo rápidamente. Franz se puso a hablar conmigo y me pidió que no le contara a nadie nada acerca de Slava. Decidí guardar su secreto pero a cambio necesitaba una recompensa.
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