Mi padre y tío Otto intentaban darnos alguna explicación sobre lo que estaba pasando allí.
Pero, ¿Que nos iban a explicar?. ¿Que Slava les estaba comiendo la polla? ¿Y que les gustaba?.
Al final todo el mundo acabó entregado en una bacanal donde solo había pollas, bocas y culos.
Todos los días a la hora del almuerzo iba a buscar a Barry a la gasolinera de mi padrastro.
Por las miraditas y las risitas de todos los empleados cuando nos veían irnos juntos supuse que Barry les habría contado algo de lo nuestro.
Barry se despertaba todos los días con una erección de caballo y no paraba de perseguirme hasta que lograba meterme el rabo en el culo.
Todos los días cuando se iba al trabajo, yo debía asearme de nuevo después de haber estado con él. Solía reírse de mí mientras se vestía, diciéndome que ya me había dado su ducha diaria .... de semen
Nuestro plan era sencillo debíamos lograr que Slava nos siguiera en nuestra excursión a la montaña, donde nos las arreglaríamos para dejar a solas a Papa y Tío Otto con él. Seguro que serían incapaces de resistirse a sus encantos.
Debía dejar algún tipo de señal para que Slava pudiera seguirnos. Me hice el remolón diciendo que me dolían mucho los pies y el abuelo Erns se quedó para ayudarme.
Me encantó el modo en que me ayudo, pero lo cierto es que cuando acabó, apenas podía andar de como me había dejado el culo el abuelete.
Mi hermano me metió sus 22 cm de polla de un tirón, mientras me follaba con ganas me iba diciendo lo puta que era y lo caliente que era mi culo. Cuando se corrió yo también me corrí llenándole el pecho con mi leche.
Barry estaba todo el día super caliente y yo estaba deseando que me follara a todas horas, pero debíamos ser muy cautos. La solución nos vino cuando empezamos a poner la música a todo volumen mientras el me follaba, para que mi madre no oyera mis gemidos de placer.
Todo el mundo desea contar con el campeón de unos juegos en su fiesta privada. Con ese encargo el esclavo de Eklerios es enviado a la casa del campeón, pero este esta cansado de fiestas, en las que se aburre como nunca.
El esclavo insiste y el campeón decide jugar un poco con él para comprobar hasta donde es capaz de llegar.
Yo mi comía aquel enorme rabo, mientras mi hermanastro no paraba de suspirar. El no tenía ni idea de que se me diera tan bien mamarla y se estremecía de placer con cada una de mis lamidas a su gordo capullo.
Esta historia de Ian Hanks se titula " El Aperitivo"
Espero que les guste...
Hans me pidió que lo acompañara durante la siesta al río, donde siguió contándome sus calientes historias. Mientras lo hacia noté unos ojos mirándonos entre los arbustos. ¿Había alguien espiándonos?
