Muchos de esos hombres eran admirados por su hombría, pero cuando entraban en el motel podían dar rienda suelta a sus fantasías.
En el interior nosotros nos encargábamos de lograr que estos machos cumplieran con las fantasías mas deprabadas y sucias. ¡Asi mientras nos follaban bajaban la guardia y nosotros les hacíamos las preguntas que debíamos para obtener de ellos información del frente!
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