El comisario comenzó mi interrogatorio. Acabaría en la cárcel si comprobaba que había ejercido la prostitución, por lo que decidí contarle la verdad.
Cuando me puse a decirle como le había empezado a chupar el rabo a mi padre. El comisario me dijo:
¡Chico no te entiendo, creo que debes explicarte mejor!
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