jueves, 27 de enero de 2011

GST (XLII) ¡Hazle callar!

Zeb había ganado el derecho a follarme las veces que quisiera, y no estaba dispuesto a dejarme escapar sin haberse quedado con las pelotas totalmente secas.

Pero los demas querían dormir, y con los gritos que estaba dando mientras Zeb me taladraba el culo, no les dejaba pegar ojo

1 comentario: