lunes, 4 de octubre de 2010

GWT (LIV) El destino de los forajidos

De regreso a casa Papa me conto cual había sido la suerte que habían corrido los forajidos que me habían secuestrado.
Os aseguro que a juzgar por el tamaño de la polla del sheriff que los detuvo y el tratamiento que les dió no me hubiera importado ocupar su lugar.

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