Mi tío decidió pasar la noche con Uranus.
Estuvieron toda la noche follando y ambos disfrutaron como nunca del sexo sin remordimientos.
Al amanecer Uranus descansaba placidamente al lado de mi tío que volvía a tener la polla dura como una piedra.
Mi tío empezó a follárselo notando los gemidos de Uranus que poco a poco iba despertando alegre de recibir en su culo a su nuevo dueño.
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