Nicolai y yo pertenecíamos a la alta sociedad Moscovita, por lo que disponíamos de abundante tiempo libre.
cuando íbamos a la playa solíamos hacerlo alli mismo sin ocultarnos, ya que en aquellos años las playas solo estaban reservadas a la gente de dinero. Nicolai y yo disfrutábamosde esa exclusividad a todas horas.
Los tipos que nos habían estado espiando a través de los cristales, resultaron ser dos jugadores de Rudby que me llevaron a dar una vuelta en su coche.
La nave espacial iba pasando de una constelación a otra, ...pero yo no quitaba la vista de esas dos grandes pollas y esas enormes pelotas que me guiaban en mi camino rumbo a la tierra.
El primo de Nicolai recitaba en el salón poemas al amor.
Lo hacía alzando la voz bastante para evitar que se oyeran nuestros gemidos, ya que nos encerrábamos en la habitación a la menor ocasión que se nos presentara. ¡estaba dispuesto a todo con tal de que aquel hombre me la clavara!
Por la forma en la que me miraba el recepcionista mientras reservábamos la habitación, supe que aquel hombre también querría follarme acabar el turno
Mientras lo hacíamos en el asiento de atrás de su coche vi por la ventanilla a dos tipos que se pajeaban al vernos. ¡en ese momento supe que el habría acabado ya su turno, pero a mi todavía me quedaba un poco para que mi culo terminara la jornada!
Para ser admitido en esa congregación de monjes tenía que hacer mis votos.
El mas difícil de mantener para mí fue el voto de silencio. Para mi se hacía muy duro el pasarme el día en ese monasterio rezando y rezando sin otra cosa mejor que hacer. ¡Sin embargo tuve suerte al encontrar a un monje que supo ver en mi la gran necesidad que tenía mi alma!
Los Glominus se referían a nuestra raza llamándonos dodos.
Era una forma despectiva de llamarnos, ya que según ellos éramos muy diferentes a ellos. ¡no había mas que verlos en pelotas para darse cuenta de lo distintos que éramos!
Desde ese día Nicolai comenzó a venir asiduamente a casa, pero el no estaba interesado en mi hermana.
El se venía conmigo al lago para bañarnos. Cuando nos metíamos a la caseta para ponernos el bañador, ... yo salía de allí completamente bañado, ...¡de semen!