Bizancio cayó bajo manos cristianas y los caballeros de la Orden de San Juan Conquistaron la Isla.
Para unos caballeros fervientes religiosos como esos ver todas aquellas representaciones paganas era un sacrilegio y estaban dispuestos a destruirlas.
Pero en el interior de la cueva el viento empezó a soplar y cayeron como conejos en las fauces de vicio y la deprabación.
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