Hank era el encargado de enseñarme a montar, ...
Cuando me enseño su instrumento, al que llamaba peregrino, supe que con el iba a hacer una buena monta.
¡Y vaya si lo hizo cuando su enorme capullo atravesó mi rosado ojete! Supe que aquel peregrino iba a lograr que aquel ojete no se quedara nunca vacío de polla.
Cuando me enseño su instrumento, al que llamaba peregrino, supe que con el iba a hacer una buena monta.
¡Y vaya si lo hizo cuando su enorme capullo atravesó mi rosado ojete! Supe que aquel peregrino iba a lograr que aquel ojete no se quedara nunca vacío de polla.
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