En un planeta tierra asolado, era bueno mantener una buena red de contactos que te ayudara en el propósito de la búsqueda.
¡Por eso vi en Hadar un aliado perfecto aunque para poder ser ayudado por este macho primero tenía que poner mi culo para que fuera literalmente destrozado por su pollaza!
En aquel almacén abandonado había un extraño agujero en la pared donde todos los hombres se paraban durante un rato y empezaban a gemir como si algo malo les estuviera pasando.
¡cuando descubrí para qué servía aquel extraño agujero no pude creerlo!